Tres Principios. ¿Cuál sigo?



El Cerro que nos tapaba el mar

Detrás se escondía el mar, o eso nos decía mi madre, y sonreía mientras los dos mirábamos. “Hoy no lo veis porque hay nubes”. Otras veces  nos habíamos levantado demasiado tarde, o, claro, era verano y  el calor cubría el cielo azul. Pero el mar estaba ahí, lo decía mi madre. Y, porque ella lo decía,  mi hermana y yo, sin dudar nunca, con las manos sobre una barandilla de madera, intentábamos verlo.

No recuerdo el nombre del cerro que nos tapaba el mar. Para mí aquel mar no podía ser otro que el  Mediterráneo que en la voz rota y sin ritmo de mi padre llegaba hasta Estambul. Años después, cuando aquel cerro volvió a nuestras vidas, mi hermana me confesó que en su mar siempre había un faro.

Estimated Time of Departure

Llega tarde a todos los sitios. A veces me pregunto por qué me molesto en hacer planes con ella. Si un día tenemos que coger un avión, al final, siempre nos colamos en el control de seguridad. Yo pidiendo disculpas, mientras ella empuja su trolley, vacío, no ha tenido tiempo de hacer el equipaje, sin mirar a nadie.

Al principio me parecía atractivo. Mientras la esperaba en un bar, sentado en el taburete, anticipaba su llegada y me reía con las excusas que inventaba. Ahora me saca de quicio. Creo que si no tuviera que matarla por lo otro, lo haría encantado por todas las horas que he perdido esperándola.

El color de las nubes

Se levantó temprano y salió a  correr por la playa. Todavía no había gente en el paseo y era el momento que más le gustaba del día. Esa hora que no es de nadie, donde los bares aún están abiertos y ya huele a pan.

Entonces, mientras escuchaba opiniones que no le interesaban en un programa de radio, cuando ya estaba cubierto de sudor, se fijó en las nubes y el color de las nubes le asustó.En aquella época le asustaba prácticamente todo.

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